Trinidad Alliende (1961 – 2014)

«Hoy empecé mi viaje a Perú.

Hace 20 años, me tiré en balsa por el río Biobío. En esa oportunidad, los peruanos que organizaban la expedición me mostraron un viaje que hacían en el Amazonas Peruano, por el río Tambopata. Las fotos me cautivaron y el nombre Tambopata se me grabó en el corazón y en la memoria. Me dije: ‘algún día descenderé por ese río y veré a los osos perezoso, las mariposas gigantes, las huellas de jaguar, los tapir y guacamayos, y todas esas maravillas en estado salvaje o natural’. Y hoy, finalmente, lo voy a realizar.

Como muchas de las cosas que se me cruzan por la cabeza, al final pasan: las logro realizar. No sé si eso es ser obsesiva, perseverante o qué, pero me ha pasado en variadas ocasiones.

Espero que mis hijos lo pasen bien y que vuelvan sanos y salvos»       (Trinidad Alliende, 5 de julio del 2014)

 

Trinidad Alliende Estévez nació el 14 de diciembre de 1961. Estudió pedagogía en Historia y geografía en la Universidad Católica de Chile, y al empezar a ejercer laboralmente rápidamente empezó a creer que el sistema educativo escolar tradicional sufría de serias deficiencias metodológicas y valóricas. Al niño no se le debería tratar como a un mero receptor y repetidor de contenidos, tenía que haber algo más en el ejercicio pedagógico. Al formar familia y tener hijos a los que debía educar su rebelión aumentó, y en la búsqueda de un método diferente se encontró con la pedagogía Montessori.

Estudió esta metodología por varios años, realizando cursos y viajando a diversos países para conocer colegios que la aplicaran, y así surgió el proyecto del Colegio Ciudadela Montessori. Trabajando incansablemente y embarazada de su quinto hijo, buscó y arregló la casa en la que se ubicaría el proyecto, martillando paredes y haciendo los trámites respectivos para finalmente lograr fundar el Colegio Ciudadela en 1996. Esta misma energía se mostró en cada momento y en cada una de los diferentes desafíos superados para sacar adelante y desarrollar su proyecto.

Por dieciocho años lideró el colegio que había fundado, con momentos de grandes frustraciones pero también otros de grandes alegrías. Después de un largo camino logró tener una ubicación geográfica permanente y constituir un equipo humano consolidado.

Todavía con muchas ideas por hacer, en las últimas reuniones con el equipo dejó numerosos proyectos y misiones, siempre invitando a más, empujando los límites de lo posible sin preguntar como íbamos a lograr cada uno de sus cometidos. Es más, en reiteradas ocasiones, confesó haber hecho muchos de los proyectos del colegio sin tener idea de cómo los lograría. Nos dejó esta invitación a vivir la vida de forma excepcional y con excelencia, siempre buscando más y mejor, a todos los que la conocieron. Murió el 7 de julio de 2014, recorriendo el amazonas peruano en búsqueda de nuevas aventuras.

María Montessori dijo que observáramos a los niños. Trinidad, por su parte, nos dijo que los cuidáramos. El colegio Ciudadela le debe su fuerza y energía a estas dos grandes mujeres, que nos dejaron un método de enseñanza centrado en la preparación de un ambiente adecuado para el desarrollo libre y natural de los niños, invitándonos a amarlos, formar comunidad y siempre buscar lo mejor para todos los que participan de ella.